Qué es
El trastorno por atracón se caracteriza por episodios de ingesta compulsiva de forma recurrente.
En cada episodio, el individuo ingiere una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de la población comería en el mismo tiempo y después experimenta un sentimiento de culpa. “No responde a una sensación de hambre, sino a situaciones de ansiedad, malestar e inestabilidad emocional”, apunta Marina Díaz-Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid y vicesecretaria de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. Además, se produce en soledad y, principalmente, por la tarde-noche.
Síntomas
Un episodio de atracón se caracteriza por los siguientes elementos:
- Ingestión en un periodo determinado de una cantidad de alimentos claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un periodo similar en circunstancias parecidas.
- Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio.
Los episodios de atracones se asocian a tres (o más) de los siguientes hechos:
- Comer mucho más rápidamente de lo normal.
- Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
- Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre.
- Comer solo, debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere.
- Sentirse luego a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado.
Finalmente, un factor definitorio de este trastorno es que no se asocia a la presencia recurrente de un comportamiento compensatorio (vómitos, purgantes, etc.).
Prevención
La prevención del trastorno por atracón debe apoyarse en los siguientes aspectos:
- Alertar de las dietas y las conductas no saludables para el control del peso. Dejar claro que para adelgazar no hay que dejar de comer.
- Promover una imagen corporal positiva.
- Evitar el maltrato asociado al peso en el ámbito escolar.
- Fomentar la educación emocional desde la infancia.
- Inculcar a los niños la importancia de una alimentación saludable.
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